Dulce de membrillo

El dulce de membrillo es una receta tradicional que destaca por su sabor y durabilidad. Este postre, típico en muchos hogares, es perfecto para acompañar quesos, pan tostado, o simplemente disfrutarlo solo. Con unos pocos ingredientes y un poco de paciencia, obtendrás un dulce que durará meses en la nevera y que encantará a toda la familia.

Pasos para la preparación:

1. Limpieza y corte de los membrillos: Pela los membrillos y córtalos en trozos grandes. Recuerda quitar las pepitas y cualquier imperfección.
2. Hervido inicial: En una cazuela grande, agrega una taza de agua junto con los membrillos pelados. Cocina a fuego medio con una rama de canela hasta que estén blandos (aproximadamente 1 hora).
3. Añadir azúcar: Una vez que los membrillos estén cocidos, agrega el azúcar y sigue cocinando a fuego lento, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue. Debes dejar que todo se cocine hasta que adquiera un color dorado oscuro.
4. Triturar: Retira la canela y, con una batidora, tritura los membrillos cocidos hasta obtener una textura suave y homogénea.
5. Enfriado y envasado: Vierte el puré en moldes o frascos esterilizados, y deja enfriar a temperatura ambiente. No cubras los moldes hasta que el dulce de membrillo esté completamente frío.
6. Almacenaje: Guarda el dulce en la nevera. Al ser el azúcar un conservante natural, este dulce puede durar varios meses si está bien conservado.

Origen del Dulce de Membrillo:

El membrillo es una fruta originaria del Cáucaso, y su consumo se ha extendido por siglos. En la Península Ibérica, el dulce de membrillo se ha convertido en un clásico de la cocina casera, especialmente en regiones como Asturias y Cantabria. Tradicionalmente, este dulce se ha utilizado como acompañamiento de quesos, siendo una combinación muy popular en muchas partes de España.