Durante nuestra visita a Tresviso, un encantador pueblo en Cantabria, nos encontramos con una auténtica joya gastronómica: el Restaurante El Redondal. Lo que comenzó como una exploración de la historia y cultura locales, rápidamente se convirtió en una experiencia culinaria inolvidable. El restaurante, que cuenta con una decoración que nos transporta a épocas pasadas, nos ofreció una degustación de croquetas de picadillo, jamón y queso, seguidas de una selección de quesos que nos llevó desde los sabores más suaves hasta los más intensos.
Cada plato estaba cuidadosamente preparado, y la atención al detalle se notaba en cada bocado. La variedad de quesos incluía opciones de oveja, cabra, ahumado y el famoso queso de Tresviso, cada uno con un carácter y sabor únicos. Para finalizar, disfrutamos de un helado casero que cerró la comida con un toque dulce y cremoso.
Esta experiencia no solo fue un festín para el paladar, sino también una oportunidad para conocer más sobre la rica cultura y tradición de la región. Desde las antiguas herramientas de carpintería hasta las banquetas y camas que decoran el lugar, cada rincón del restaurante cuenta una historia.
Si alguna vez visitas Tresviso, no puedes dejar de hacer una parada en El Redondal para disfrutar de una comida que te conectará con la esencia de Cantabria.
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